- Área: 293 m²
- Año: 2014
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Fotografías:Josema Cutillas
Descripción enviada por el equipo del proyecto. El punto de partida de la actuación surge de la necesidad de reformar el antiguo Consultorio médico-biblioteca del pueblo, un edificio de planta única largo y estrecho, 33.50mx8m, que orienta su fachada principal al sur. La mitad del edificio queda en desuso con el traslado de la biblioteca a la nueva Casa de Cultura; esto unido a la demanda de una población creciente, posibilita que todo el edificio pueda destinarse a uso médico, aumentando el número de consultas, incluyendo extracción y pediatría.
El objetivo que nos planteamos desde el principio fue crear un espacio cálido que acogiera al paciente, donde las formas, el color, los materiales y la luz hicieran la estancia más agradable. Con esta finalidad proyectamos en primer lugar una crujía paralela a fachada donde se situarían todas las consultas orientadas al sur, mejorando así sus condiciones de ventilación y soleamiento.
Una franja ordenada que da lugar a consultas rectangulares de proporciones confortables con una zona de atención (mesa y sillas) y otra zona de exploración (camilla y aparatos). Frente a esta crujía ordenada y tranquila creamos otra continua, fluida y dinámica que recorre longitudinalmente el centro. Este espacio se genera a partir de un único gesto: una línea quebrada que acoge en sus pliegues los espacios de acceso y espera, un muro panelado de listones de madera entre los cuales vibra una gradación de cinco tonos de color, del azul al verde. Este elemento se convierte en el protagonista de la actuación, dota de calidez al espacio y permite situar detrás de él los usos secundarios de aseos, descanso de personal, administración y almacén.
En el exterior jugamos con la rotundidad del volumen conservando sus huecos y su doble arco de entrada, borrando lo superfluo, lo decorativo superpuesto. La pintura plástica blanca se sustituye por un revoco a la cal favoreciendo la transpirabilidad de los muros. El color elegido, un tono arena, dialoga con la nueva Casa de Cultura y evoca los tonos cálidos de la arenisca de la cercana iglesia y los viejos caseríos del lugar.
Utilizamos la chapa de acero lacada para potenciar el acceso, los huecos de ventana y el sentido horizontal del edificio. La simetría de huecos se rompe en la esquina sureste, que es la que recibe al visitante y donde se prolonga la actuación ampliando la acera y ordenando los elementos urbanos existentes. La chapa de acero une los huecos de las dos fachadas en la esquina y algo del ritmo vertical de la madera del interior tiene su eco en el panelado de lamas de madera y en la secuencia de vidrios serigrafiados de las ventanas, donde el color vuelve a tener presencia.